Nos encontramos en una tarde de diciembre.
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Publicado en:25 Deciembre 2020 12:22 am
Última actualización en:18 Abril 2024 2:23 pm 752 vistas
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Llevábamos varios semanas charlando y tonteando en un chat y un día decidimos conocernos.
Como no eramos de la misma ciudad quedamos en un punto intermedio para vernos.
Decidimos vernos en una cafetería en una zona tranquila de playa.
Se iba acercando la hora de nuestro encuentro y no hacía más que mirar el reloj.
Un poco antes de la hora llegue al sitio, me quedé fuera del local esperando que llegara.
Cuando ella llegó, el corazón me iba a mil por hora, me acerqué y le dí dos besos. Su piel era suave y cálida.
- Hola, me alegro mucho de conocerte en persona.
Ella me miró y me dijo sonriente:
- Hola, yo también tenía ganas de saber como eras en realidad,en la foto que tienes puesta en la página no se te ve la cara.
- Tienes razón, pero es que así mantenía el misterio.
- ¿Y qué te parezco en persona?
- La verdad es que te veo mejor de lo que esperaba.
- Gracias, tu también te ves estupenda.
- ¿ Entramos en la cafetería?
- Claro.
Buscamos una mesa en un rincón, nos sentamos y comenzamos a hablar.
Mientras la conversación transcurría nos mirábamos, sonreíamos y poco a poco nos íbamos acercando.
Sin darnos ni cuenta, nos rozamos las manos, y un cosquilleo recorrió todo mi cuerpo.
La miré y me dí cuenta que no solo había sentido yo esa sensación.
Volvimos a rozarnos las manos y nos miramos a los ojos, el momento fue mágico, así que decidimos salir de allí.
- Podemos dar un paseo, dije.
- Así que empezamos a andar y al poco nos paramos y nos dimos un húmedo beso.
- Vaya parece que esta cita se está poniendo interesante, me dijo ella.
Reímos y nos volvimos a besar otra vez, esta vez con más pasión.
Bueno esto se está poniendo muy caldeado, deberíamos buscar un hotel, dijo ella.
- Vamos en mi coche, dije yo.
Cuando nos montamos en el coche, nos volvimos a besar otra vez, los besos eran más largos y húmedos, que antes. Nuestras manos empezaron a explorar nuestros cuerpos.
Toqué sus pechos, y ella me guió mis manos por debajo de su camisa.
Tenía los pezones duros y apetitosos. los toqué y se acercó más a mí.
Sus manos buscaron la cremallera de mi pantalón, la bajó y sacó mi miembro.
Me miró y se inclinó para besarlo, y chuparlo.
Levanto la cabeza, me sonrió y volvió a chuparlo.
A la vez que me lo chupaba sus manos subían y bajaban por mis piernas.
Riéndonos, nos pasamos a la parte de atrás, el aparcamiento estaba muy tranquilo.
Nos desnudamos y seguimos besándonos.
Ella se tumbó y bajé hasta su sexo y empecé a besarlo lentamente, ella gemía.
Seguí besándolo, mientras mis manos apretaban sus pechos.
Nos dimos la vuelta y ella me cogió mi miembro y se lo metió en la boca, mientras yo lamía su sexo con mi lengua.
MIentras recorría con su lengua mi miembro y se lo metía en la boca, sus manos acariciaban mi culo.
Yo además de lamerle su sexo le metía mis dedos dentro, ella gemía.
Cuando ya estábamos los dos muy excitados, nos miramos, nos besamos, y lentamente empecé a penetrarla.
Ella me agarró el culo y movía su cintura al mismo ritmo que yo la estaba penetrando.
Me besaba mientras me empujaba hacia dentro y hacia fuera.
Me abrazaba tanto con sus brazos como con sus piernas, y mi miembro la penetraba.
Entre risas, cambiamos de postura, me puse detrás de ella, levantó el culo y la penetré desde atrás.
Ella gemía y pegaba su culo a mi cuerpo para que la penetrara mejor y el ritmo de nuestros movimientos aumentaba.
- Así, así, métela entera, más, más, me decía ella toda excitada.
- Toma, toma hasta dentro como te gusta a ti, decía yo.
Entonces, ella se paró un momento, volvió su cara, me sonrió y me dijo:
- Métemela por el culo, pero muy lentamente porque quiero sentirla bien.
Siguiendo sus deseos, le metí los dedos en su boca para que me los llenara de saliva, y dirigí mi mano a su culo.
Le metí lentamente los dedos en su culo, primero un dedo, después dos dedos y hasta un tercer dedo.
Le movía despacio los dedos en su culo, dentro, fuera, dentro, fuera.
Ella gemía de placer, y se movía para que su culo se fuera dilatando poco a poco.
Cuando tuvo su culo lo suficientemente dilatado, le fui metiendo mi miembro mientras la agarraba por la cintura.
- Así, así, quiero sentir como tu polla me va entrando en el culo , que gusto, ah.
- Ve moviéndola lentamente, así, así, métemela entera, ah, ah.
- Ahora, muévela más rápido, así, así, más rápido, ah, ah.
- Mete, mete, no pares, sigue así, así, más rápido, ah, ah.
- Que gustazo me estás dando, sigue, sigue, así, así, ah, ah.
Yo me agarraba a sus pechos y los apretaba con fuerza, mientras mi polla la penetraba una y otra vez.
- Así, así, métela con fuerza, muévete, así, así, ah, ah
- No voy a poder aguantar más, ah, ah, me corro, me corro.
- Córrete dentro de mi culo, córrete, así, así, ah, ah.
- Guau no podía aguantar más, así, así.
Entonces, una vez que nos recuperamos, nos dimos un largo beso húmedo y nos vestimos.
Entre risas, ella me dijo que nunca hubiera imaginado que la primera cita iba a terminar tan estupendamente. Me dio otro beso y me dijo:
- La próxima vez, espero que lleguemos al hotel.
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saludos
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Publicado en:13 Mayo 2018 1:38 am
Última actualización en:20 Julio 2021 4:06 am 834 vistas
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Bueno, me he decidido a iniciar este blog para ver que se me va ocurriendo.
Ya se va acercando el verano y las playas se llenan de mujeres atractivas y sugerentes, que con sólo mirarlas te da vueltas la imaginación y se te ocurren húmedas y tórridas historias.
Desde este rincón del Sur, lleno de días luminosos y de noches calientes, me gustaría inagurar este blog con esta corta bienvenida.
Para el próximo día contaré una historia.
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